martes, octubre 06, 2009

Femme Fatale

Hay un instante en el que uno toma las riendas de su vida. La seguridad sale, no sé de dónde, y uno se para derecho y firme ante cualquier viento huracanado. Son segundos, inesperados, que llegan como un regalo de aquello todavía genuino que cultivamos en lo más profundo.

Entonces uno está en la gloria. Puede contra todo. Pero no quiero ser grandilocuente: esto pasa en las situaciones más simples, en lo cotidiano. Frente a un examen, un colectivero enojado o un jefe abusivo. Son gestos mínimos que nos revelan que adentro nuestro yace escondido un mar de valentía y que, simplemente, dejamos salir un pedacito de esa inmensidad.

Ayer volví a estar sola o conmigo sin otro. Me siento fuerte. Poderosa. Capaz.

Ahora no puedo más que engañarme a mí misma.

6 comentarios:

  1. ¿Se supone que estás orgullosa de ser infiel?

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  2. Entonces, tomá las riendas de tu vida, aceptalo, separate y andá a buscarlo.

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  3. Sí sí!
    la mascota interior que se come a si misma....
    a mi no me sale gambetearme,
    mejor me abrazo y me voy de copas con mis ganas de otras. algo así como una alianza permisiva.

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  4. Dos personajes en busca de una autora. Ja.

    Quiero más posts...

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  5. Felipe:
    No, uno está orgulloso de un hijo, de que te homenajeen con un premio, no de ser infiel. Se hace lo que se puede, y para mí, se quiere lo que se hace y sino, no se hace.

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